En sus conversaciones con Woodward, el presidente estadounidense le decía que el coronavirus era muy peligroso al tiempo que en sus comparecencias decía lo contrario. "Parece que en abril, con el calor, milagrosamente se irá", afirmaba en una de sus intervenciones.

El famoso periodista del caso Watergate ha publicado esas llamadas, en las que Trump dice: "no solo resulta mortal para la gente mayor, han salido datos alarmantes. No son solo los ancianos, también los jóvenes...".

En ese intercambio de palabras, ya le respondía que le estaba quitando importancia a la pandemia porque no quería "crear pánico". Desde entonces, ha sugerido inyectar lejía, se ha encomendado a la hidroxicloroquina, ha bromeado cuando le saludaban con el codo y no se dejó ver con mascarilla hasta julio.