Bolsonaro es conocido por sus comentarios machistas, racistas y homófobos y sus palabras recuerdan a una época oscura para muchas y de la que él se muestra nostálgico.

En sus discursos, hablaba de "fusilar" a los miembros del Partido de los Trabajadores, preferiría que su hijo muriera en un accidente a que fuera homosexual y aseguraba que su única hija había sido fruto de una debilidad.

El nuevo presidente daría seis horas a los delincuentes para entregarse o, de lo contrario, sacaría las armas. "Yo no soy un violador, pero si lo fuera no lo haría, porque no se lo merece. Es muy fea", le decía a una mujer.