En las últimas 24 horas Brasil ha superado las 3.000 muertes por coronavirus, su cifra más alta de fallecimientos y el país es el epicentro mundial de la pandemia. Además, disminuyen las reservas de oxígeno y medicamentos para los pacientes en los hospitales.

Los centros sanitarios están al borde del colapso y en ciudades como Sao Paulo la ocupación de las camas en unidades de cuidados intensivos supera el 92%.

"El virus llegó, lo estamos enfrentando y pronto pasará. Nuestra vida debe continuar, los trabajos tienen que mantenerse, así como el sustento de las familias, debemos volver a la normalidad", ha dicho el mandatario en un mensaje dirigido a los brasileños.

Además, asegura que las vacunas están garantizadas y ha hecho referencia a la posibilidad de infectarse y asegura que en su caso, debido a su historial de atletismo, no le preocupa.