La sede de la Presidencia de la República Francesa necesita una reforma de 100.000.000 de euros en los próximos tres años y para ello ha tomado nota de lo que hace la realeza británica.

Un reloj como el que el presidente ha lucido en los encuentros internacionales con otros líderes, tazas, banderas y pulseras de oro con el lema de la República Francesa, además de galletas

La iniciativa ha sido un éxito, pero sus detractores le acusan de fomentar el culto a su persona y no quieren que convierta la Presidencia en su propia marca.