"Me he sentido en otro planeta durante los últimos diez meses en los que he llevado una vida completamente normal hasta que se dio este caso de coronavirus de la cepa británica", ha contado Iván.

Desde que se detectara ese contagio "cambió todo" y es que el secreto australiano es la contundencia a la hora de tomar medidas: "hasta ahora no había sido obligatorio el uso de mascarilla y hasta el viernes solo podemos salir para lo estrictamente necesario en Perth".

La policía ha vigilado en todo momento a los tenistas que participan en el Open de Australia para que no salgan de sus habitaciones en los hoteles en los que se hospedan. Iván trabaja en organización de eventos de un hotel y durante esta semana no puede ejercer su labor.