El autor del ataque tenía antecedentes por difusión de propaganda de 'Al Qaeda', acababa de salir de prisión y estaba bajo estrecha vigilancia policial al haber cumplido condena por delitos relacionados con el terrorismo.

Tenía 20 años y según algunos testigos sembró el terror en la tarde del 2 de febrero de 2020 al grito de "Alá es grande". Antes del apuñalamiento y de ser abatido, habría robado un machete.

Además del arma blanca, el terrorista llevaba un chaleco falso y en prisión se le había descrito como un "obseso de los cuchillos". De los tres heridos, uno de ellos se encuentra en estado grave.