El presidente de EEUU, Donald Trump, fue trasladado al bunker de la Casa Blanca el fin de semana ante la llegada de manifestantes a sus alrededores.

El toque de queda en Washington y el despliegue de la Guardia Nacional no frenó los enfrentamientos y los incendios en las zonas cercanas a la residencia del presidente.

Los manifestantes arrojaron piedras y otros objetos contra las fachadas de varios establecimientos y el país sufre la mayor ola de disturbios raciales desde hace medio siglo, desde el asesinato de Martin Luther King.

Más de 40 ciudades han decretado el toque de queda para intentar frenar las revueltas y la crisis del coronavirus ha pasado a un segundo plano.

Donald Trump acusa a la extrema izquierda y a un movimiento fascista de estar detrás de tanta violencia y los declara "grupos terroristas".