Concha decide mudarse al 1ºA junto a Vicenta y Marisa tras la marcha de su hijo y su nieta del hogar. Las tres jubiladas formarán un trío con mucha energía a pesar de su edad. El 1ºA se convierte en el hogar “del jubileta”, como afirma Marisa, con una peculiaridad propia de ellas: la puerta tiene tres mirillas para no perderse ningún acontecimiento del rellano.

Concha es propietaria del 3ºB, donde actualmente reside Belén como alquilada. Esto le valdrá a Concha para permitirse el lujo de entrar y salir con total libertad de su vivienda y hacer la existencia de Belén, si cabe, más complicada. Pero no sólo Belén no la soporta, sino que debido al carácter “tan suyo” de Concha, los vecinos de Desengaño 21 la considerarán como una jubilada “dura de roer”.

Cansada de sus vecinos junto con sus ganas de irrumpir en los planes de todos ellos, Concha será incansable en oponerse a todas las propuestas del presidente de la comunidad, Juan, al grito de “¡Váyase señor Cuesta, váyase!”. Lo que está claro es que Concha será una mujer que, a pesar de su edad, tendrá muchas ganas de dar guerra.