Soñadora, carismática y jovial. Vicenta siente que, aunque haya entrado en el club de la tercera edad, todavía tiene mucho por vivir. Entre esas cosas, casarse. Aún tiene la esperanza de encontrar el amor de su vida y entablar matrimonio. Para su hermana Marisa esta sería la oportunidad de que Vicenta abandone el hogar y le deje por fin la libertad que anhela.

Junto a su hermana y Concha, forma parte del trío de jubiladas del edificio. Vicenta, aparte de cotillear por los rellanos junto a sus inseparables compañeras, tiene el don de cuidar de todos y cada uno de sus vecinos, a veces de manera incesante. Se preocupa porque estén bien y se presta siempre a echar una mano, aunque haya habido alguna rencilla de por medio.

De alma bondadosa, Vicenta siempre viene acompañada de la ingenuidad que le caracteriza. Cosa que en numerosas ocasiones será un hándicap para que sus vecinos la tomen por tonta y se aprovechen de ella.