Mark Sanguinetti fue atacado dos veces, probablemente por un tiburón de cuatro metros y medio que posteriormente fue localizado con un dron, y murió desangrado después de que le sacaran del mar.

A pesar de los desesperados intentos por reanimarle y la rápida evacuación, no pudieron salvarle la vida por las heridas que le ocasionó el ataque del escualo. El veterano surfista murió antes de llegar al hospital.

"Tenía todo el hueso expuesto y no le quedaba nada de carne en el muslo", aseguraba Daryl Coleman, que ayudó en el rescate de Mark. Hacía cinco años que no se registraba un ataque así en esa playa.