El aterrizaje ha sido milagroso y nadie ha resultado herido gracias a las maniobras del piloto al detectar un fallo en uno de los motores de la aeronave, que salía de Denver, en Colorado, hacia la ciudad de Honolulú, en Hawái.

En el avión viajaban 231 pasajeros y diez tripulantes y algunos de ellos han contado lo que pudieron ver y sentir durante el despegue y aterrizaje de emergencia después de que el motor derecho ardiera.

Los restos del avión cayeron sobre un suburbio de la capital de Colorado y se han visto trozos en varios kilómetros a la redonda. Kirby Klements ha sido uno de los testigos y es que encontró parte del motor en su jardín.