Tres poblaciones de Jaén viven con terror y sin poder salir de sus domicilios por las reyertas entre los clanes. La situación es tan grave que han llegado a contactar con el Ministerio del Interior del Gobierno de España para solicitar ayuda.

Las ciudades de Linares y Úbeda viven dentro del ambiente tenso de los clanes dedicados al tráfico de drogas: tiros, peleas, batallas y amenazas. En uno de esos enfrentamientos se llegaron a recoger 300 casquillos de bala.

Un líder del clan 'Mallarín' muere por un tiro de un miembro del clan 'Pikiki', conocido como Diego 'El Diablo' y esto hace que la guerra estalle entre los dos grupos.