Los protagonistas de Aquí no hay quien viva eran los vecinos de una comunidad de vecinos que vivía en la calle Desengaño, 21. El bloque, de tres plantas, contaba con dos apartamentos en cada una de ellas, además de un local, el ático y la portería. Es la historia de la convivencia peculiar de todos los vecinos, con sus más y sus menos. Los pisos se distribuían de la siguiente forma:
En el 1ºA vivían Vicenta y Marisa, dos hermanas muy diferentes entre sí, jubiladas y aficionadas al cotilleo, a estar siempre pendientes de la mirilla. En el 1ºB vivían Mauri y Fernando, una pareja gay con la cabeza mejor amueblada que el resto de sus vecinos. Aunque Fernando prefería guardar en secreto su relación amorosa, Mauri resultaba mucho más extrovertido.
En el 2ºA vivía Juan Cuesta, presidente de la comunidad, con su mujer Paloma, presidenta en la sombra y manipuladora. Sus dos hijos, Natalia y José Miguel, eran poco dados al contacto familiar y trataban de ser independientes de sus padres. En el 2ºB estaba Concha, otra jubilada bastante cotilla y con mala leche, con su hijo Fernando, cuarentón que se acababa de divorciar de su mujer queriendo recuperar todo el tiempo perdido, y su nieto.
El 3ºA se ocupaba nada más empezar la serie, con Roberto, un niño grande que lo último que quiere son conflictos con los vecinos, y Lucía, su novia, hija de un riquísimo empresario. El 3ºB, también propiedad de Concha, estaba alquilado por “las golfas”, Alicia y Belén, dos treintañeras solteras, que buscaban a toda costa un novio. Alicia, guapa y extrovertida, Belén desafortunada en el amor y el trabajo.
Aquí no hay quien viva es una de las series con las que más nos hemos reído y disfrutado.