Tras despertar del coma, Maritxu ha descubierto la mentira de su hijo. No sólo no se encuentra hospitalizada en Donosti, como a ella le gustaría, sino que además Iñaki tiene toda la intención de quedarse en Sevilla. Tanto es así, que incluso ha comprado el bar de la Clínica Híspalis para así estar más cerca de Carmen. Por ahí no está dispuesta a pasar Maritxu, que considera que la sevillana no es más que una enfermera descarada. Tiene la impresión de que, mientras ella ha estado en coma, su hijo se ha dedicado a autodestruir su vida y Maritxu, como madre, no puede permitir que esto ocurra.

Mientras tanto, Carmen está dispuesta a zanjar el tema del beso con Iñaki y, por ese motivo, no quiere darle más importancia de la que tiene. Por si fuera posible que Carmen albergara algún tipo de duda, todas ellas se disipan cuando se encuentra a Iñaki y Nekane en una actitud bastante cariñosa.

Por otro lado, la cuadrilla continúa con sus problemas amorosos. Entre aventura y aventura con Merche, Antxon se ha decidido a ayudar a Iñaki con el bar, que sigue adelante con su idea de transformarlo en un local de referencia en Sevilla de pintxos vascos. Rafi e Isabel serán quienes más afectados se verán por el cambio, que dicho sea de paso, no les hace ni pizca de gracia.

Quien sí está más que contento con la idea de Maritxu de quedarse unos días más en Sevilla es Don Benito Benjumea. A él no le importa demasiado si Iñaki y Carmen mantienen o no una relación, pero la idea de contar con más tiempo junto a Maritxu le motiva para seguir cortejándola. ¿Logrará Don Benjumea hacerse con el corazón de la vasca?