Álex se siente culpable por haberse besado con Ulrike. Lo cierto es que se encuentra en un mar de dudas y el hecho de que Arturo viaje hasta Berlín para contarle algo muy importante no le ayuda en absoluto. Lo que le tiene que contar su mejor amigo no es otra cosa que su aventura con Manuela, pero ésta no está dispuesta a permitirlo. A pesar de su inicial ataque de nervios al descubrir las intenciones de Arturo, Manuela hará todo lo que esté en su mano para evitar que entre Álex y su amigo se produzca la temida conversación.

Flor y Lucas, por su parte, sienten que se están acomodando y que cada vez salen menos. Para dejar de ser los muermos en los que se han convertido desde su llegada a Berlín, deciden apuntarse a una fiesta universitaria de Erasmus. ¡Están dispuestos a demostrar que el carácter latino aún les acompaña! Sin embargo, cuando se presentan allí sin que nadie les haya invitado, el ridículo que hacen no puede ser mayor. ¿Lograrán sobrevivir?

Por otro lado, Carol continúa adelante con su plan para conquistar a Adela, sin darse cuenta de que Salva no desistirá con ella.