El primer episodio de ‘Mar de plástico’ comienza con la desaparición de Ainhoa, la hija de la alcaldesa de Campoamargo. La joven espera a un amigo en los invernaderos de esta localidad situada al sur de España, en la provincia de Almería. De repente, todas las luces de la comarcan se apagan y la noche se hace aún más oscura. Aunque Ainhoa intentar huir, sus gritos pronto enmudecen. Pareciese como si se la hubiese tragado la tierra.

Sólo la oye un vecino que anda por la zona y que no duda en llamar por teléfono a la Guardia Civil. Sin embargo, cuando los guardias civiles se presentan en el lugar de los hechos no encuentran nada. Amancio, el vecino que los ha llamado, se encuentra en estado de embriaguez, por lo que su relato no resulta del todo creíble y los agentes se marchan.

Sin embargo, cuando a la mañana siguiente encienden los aspersores de los invernaderos, éstos comienzan a expulsar sangre, manchando a todos los temporeros. El caso se lo asignan a Héctor Aguirre, el nuevo sargento de la Guardia Civil y jefe de la Policía Judicial, al que acompañan Lola, Salva y el alférez. Cuando exploran la zona de los invernaderos, encuentran un pozo cercano lleno de sangre. En el pueblo, nadie ha sabido nada de Ainhoa desde la noche anterior.

Así comienza una investigación contrarreloj, la más difícil en la carrera de Héctor, que ya se ha tenido que enfrentar a más de una situación complicada. El nuevo sargento es un excombatiente en Afganistán. El pasado le persigue tanto en la esfera personal de su vida como en la profesional. En Campoamargo, además, se encuentra con Marta, la viuda de su mejor amigo, que le obligará a enfrentarse con sus traumas del pasado.