Después de examinar el cadáver de Amancio, la forense dictamina que el padre de Lucas se suicidó. Sin embargo, Héctor no está de acuerdo con el informe y decide investigar, por cuenta propia, las verdaderas causas de su muerte. Así, le solicita a su equipo que averigüe quiénes fueron los agentes que se ausentaron de su puesto de trabajo el día en el que Amancio murió. Curiosamente, los únicos que faltaron aquel día fueron el Alférez y Manzano. ¿Por qué decidieron marcharse y adónde se fueron? ¿Será cierto que Amancio no se suicidó o será una nueva obsesión de Héctor?
Mientras tanto, Héctor recibe la visita de una psicóloga a la que envían desde Asuntos Internos. Su objetivo es entrevistarse con Héctor para determinar su capacidad de resolver el caso de Ainhoa. Sin embargo, el policía está seguro de que su verdadera intención es apartarlo de la investigación. ¿Quién es el interesado en que deje de indagar? ¿Qué querrá averiguar la psicóloga?
Por si todo ello fuera poco para Héctor, Marta continúa dándole vueltas a su confesión de la noche anterior. Rebuscando entre las pertenencias de su marido, encuentra un objeto que le llama especialmente la atención: un Corán. ¿Qué hacía ahí y por qué Pablo lo tenía escondido en los altos de un armario? Llena de dudas, Marta se decide a viajar a Madrid para hablar con el capitán de la misión. Allí descubrirá que aún existen más secretos en torno a la muerte de su marido.
¿Lograrán ser felices alguna vez Fara y Lucas? Pilar no está dispuesta a permitirlo y acude a Lucas con una noticia chocante que hará que la pareja se distancie: está embarazada de Lucas.