El hallazgo del ADN de Juan Rueda sobre el cuerpo de Ainhoa podría ser obra de otra persona, el verdadero asesino, que sólo intenta confundir a la policía. Ésta es la nueva teoría de Héctor Aguirre y su equipo. Según sus pesquisas, el asesino podría ser el hijo de una de las jóvenes rumanas que murieron en el camión del terrateniente. Su objetivo es encontrar a un joven de origen rumano cercano a la treintena para averiguar si, efectivamente, buscaba vengarse de Rueda a través de la muerte de la joven Ainhoa.

A esta nueva línea de investigación se suma un nuevo dato que a Salva le parece relevante: el Alférez y su mujer guardan el dibujo realizado por un niño rumano. ¿A qué se deberá su interés por este documento? ¿Se tratará del mismo niño que, ahora de adulto, buscan las autoridades?

Por otro lado, Lucas continúa sin conocer dónde se encuentra Fara, pero al menos ahora cuenta con una inesperada aliada, Pilar. Ambos saben que, para encontrar a la joven, deben seguir el rastro de José: él fue quien la secuestró la noche de bodas. ¿Llegarán antes de que a Fara le ocurra algo malo?

Marta desea marcharse de Campoamargo con su hijo Nacho y dejar atrás todo lo ocurrido. Si se mudan a Madrid, podrán empezar desde cero una nueva vida. Sin embargo, Héctor no está dispuesto a renunciar a la mujer a la que ama, sobre todo ahora que ha descubierto cuánto la ama.