Incluso antes del lanzamiento, la colección prêt-à-porter de Ana es todo un éxito. Tanto es así, que la diseñadora acude a Italia acompañada de Rita para recibir un premio. Sin embargo, Marco no puede soportar el reconocimiento que está recibiendo Ana y, por ello, decide aprovechar su ausencia para organizar un desfile en Velvet. Con él mostrará la línea prêt-à-porter de Ana a la prensa y los clientes de las galerías. Marco cuenta con Cristina para conquistar a las nuevas generaciones, a las hijas de sus clientes habituales, y transforma Velvet en el Londres de los años sesenta.
Sin embargo, don Emilio, Clara, Pedro y Jonás se enfadan al descubrir los planes del director de Velvet. Don Emilio se enfrenta duramente a Marco y le acusa de querer apropiarse del trabajo de Ana. Sin embargo, ni él ni su sobrina se quedarán de brazos cruzados e idean un plan para que todos sepan que Ana es la diseñadora de la colección.
Por otro lado, Mateo averigua cuál es el posible paradero de Alberto. Un compañero de Ecos de Sociedad se entera de que Alberto Márquez tiene un atelier de moda llamado Silk en Nueva York. Mateo decide viajar a Estados Unidos para descubrirlo, pero no sin antes despedirse de Clara.
En cuanto a Patricia, continúa interpretando el papel de viuda tras la muerte de Valentín. Ella piensa que será la única heredera de su fortuna, pero su suegra no lo permitirá.
Finalmente, Jonás no puede reprimir sus nervios. La escuela de París ha admitido su solicitud y debe preparar unos diseños para lograr la plaza que le ofrecen. Raúl de la Riva viaja a la capital francesa para hablar con sus contactos. Lo que no se espera es que Humberto aparezca antes de que se marche. El actor deja helado el corazón del diseñador.
Petra también se marcha: vuelve a Argentina para retomar su carrera como actriz. Antes de irse, le aconseja a don Emilio que no deje escapar a Blanca.