Macarena ha perdido a su madre y, poco tiempo después, ha visto morir a su padre por la venganza de la familia del Egipcio. En shock por ambas perdidas, sabe que Karim ya no podrá arrebatarle nada más, ya que ella misma lo mató.
El regreso de Macarena a la cárcel después de estas terribles pérdidas resulta positivo, ya que todas sus compañeras se vuelcan en apoyarla en estos difíciles momentos. Todas menos una, Anabel, que aún espera el pago por la compra de Bambi. Sin embargo, Macarena ya no es la misma chica que era cuando entró enCruz del Sur. Después de todos los problemas a los que se ha tenido que enfrentar, ha dado un gran cambio y ya no es la inocente joven que entró en prisión.
Por suerte para Macarena, dispondrá de un rato a solas con Fabio antes del regreso a la cárcel. En este pequeño momento de descanso, ambos podrán hablar con calma para aclarar su situación y los sentimientos que los dos experimentan por el otro.
Mientras tanto, Helena -la nueva presa- y Zulema se dan cuenta de que tienen mucho más en común de lo que parecía en un primer momento. Aunque cada una se encuentre en un lado de la legalidad, juntas investigan el oscuro secreto que esconde otra de las nuevas presas, Susana.
Castillo, por su parte, intenta encontrar el paradero de la adolescente secuestrada, Amaia, pero empieza a sentir desesperación ante la falta de información.
Miranda, la directora de Cruz del Sur, empieza a reflexionar sobre su vida sentimental. Para relajar la tensión en la cárcel, presentan a las presas un taller de educación sexual muy interesante. Cada una de las presas tiene muchas cosas que contar, tanto buenas como malas, pero estas clases harán que hasta las que no tienen ningún interés por el tema acaben con ganas e ilusión.