Marcelino es un hombre bondadoso, con un carácter no muy fuerte y sumiso en su comportamiento, por ello Manolita, su mujer, siempre trata de tenerlo controlado.

Es un camarero muy alegre y risueño y con el que los clientes cuentan para mostrarle sus sentimientos y contar sus problemas de todos los que pasan por El Asturiano y a su vez, tiene que ejercer de padre de familia.