Ingenieros de la NASA y el Instituto Tecnológico de Massachusetts han diseñado estas alas capaces de adaptarse manteniendo la rigidez y la fuerza de las tradicionales.
De esta forma, el avión puede consumir menos combustible y sería más ligero y así también se evitarían los problemas del aleteo. El proyecto ya ha pasado las primeras pruebas en el túnel de viento.
Los ingenieros presentaron el primer prototipo hace tres años y cada vez está más cerca de dejar de ser algo ficticio y convertirse en realidad.