Los motines estallaron de forma coordinada en varias prisiones del país y son los brotes de violencia más sangrientos de su historia. La policía ha tenido que entrar por la fuerza en cuatro cárceles del país.

Los enfrentamientos han sido violentos y a los casi 80 fallecidos se suman decenas de heridos por los disturbios descontrolados. Las imágenes muestran los angustiosos momentos vividos también en el exterior con los familiares de los reclusos.

Lo sucedido en los últimos días parece ser consecuencia de antiguas rencillas y de la disputa que mantienen dos bandas criminales por hacerse con el control de las cárceles ecuatorianas.