Han sido 15 años en los que Jorge ha estafado a personas cercanas a él con una doble vida y entre las afectadas está la que era su mujer y con la que ha vivido durante 10 años. Ella pensaba que su marido ocupaba un puesto en la dirección de un banco en el que sólo estuvo empleado por unos meses. ¿Cómo podían mantener ese tren de vida?

Ahora, después de una década, ella se ha enterado de que los bolsos caros que llevaba los había adquirido con dinero al que había llegado con las estafas a sus allegados. En esa escalada de engaños, el impostor de las mil caras consigue entrar en un banco como empleado y utilizar el dinero que le confían.

Las víctimas de esas estafas hablan de su carácter amable y generoso, siempre con la aparente intención de ayudarles y con unos modales y vestimenta muy cuidados. También aseguraba que era miembro de la Guardia Civil y escolta en Euskadi y el policía que le detuvo reconoce que "cualquiera de nosotros podría haber sido su víctima”.