Mari Carmen es limpiadora en un centro hospitalario y trabaja todos los días a destajo para que las habitaciones estén completamente desinfectadas y no haya riesgo de contagio.

"Lo más complicados es el estrés, pero lo que me asusta es lo que está pasando y que no podamos ver a nuestras familias o estar con mis nietos porque trabajo en un lugar con riesgo de infección", ha reconocido Mari Carmen.

Con mucho optimismo, una risa que sí es contagiosa y muy positiva, destaca su pasión por la música y las rumbas y sabe que pronto volveremos a bailar, cuando todo pase.