"A veces pensamos que estamos protegidos y que a nosotros no nos va a pasar", ha destacado Francisco, que ha querido dejar claro que el coronavirus no discrimina.

El papa no está aislado, se cuida y recibe las audiencias personales que están fijadas y trabajando normalmente con las precauciones indicadas.

No quiere mandar ningún mensaje concreto a la población, pero sí quiere intentar estar a su lado: "lo que trato es hacerles llegar un saludo y mi cercanía".

"Hemos olvidado la convivencia y ahora vemos familias en las que comen juntos pero separados", ha lamentado el Papa Francisco.

Confiesa que también ha tenido crisis de fe y en momentos de su vida "recuerda haber dudado de la existencia de Dios" y es que ya ha dicho en varias ocasiones que quien no pasa por ello, le falta algo.