La gastronomía francesa está caracterizada por una gran variedad de materias primas e influencias culturales, aunque también tiene su cocina propia de cada zona del país. No obstante, en todo Francia se preparan platos reconocidos internacionalmente como la Quiche Lorraine, cuyos ingredientes deben ser nata, huevos, panceta y, opcionalmente, queso gruyer. Si incluye otros ingredientes diferentes, continúa siendo quiche pero deja de ser Lorraine.

También es muy conocida la raclette, cuyo nombre proviene de su ingrediente principal e indispensable: el queso raclette, proveniente de Suiza. Es un plato sencillo, pero delicioso preparado habitualmente en Francia. Para comerlo, tan sólo hay que derretir el queso y comerlo acompañado de panes, embutidos y patatas.

Otro producto de gran calidad en Francia es el foie gras, un paté de hígado de pato o ganso que generalmente se consume en épocas navideñas y que se acompaña de pan y mermeladas.

El ratatouille es un plato sano que se cocina a partir de verduras y hortalizas como tomate, pimiento, calabacín, berenjenas y diferentes aderezos como hierbas provenzales. Es una especialidad francesa que pertenece al sur y que suele utilizar como acompañamiento de pescados y carnes. La clave está en cocinarlo todo en el tiempo y orden correcto.

En cuanto a los dulces, destacan los crepes y las galletes, consumidos por toda Francia. Mientras que los crepes son dulces y se pueden rellenar con fruta, chocolate, sirope o helado, las galletes son saladas. La masa se prepara de diferente manera y se utilizan otro tipo de rellenos.

Por último los macarons son muy consumidos en Francia, aunque su origen es italiano. No obstante, es habitual llevarse una cajita de macarons como souvenir al viajar a Francia. Se pueden encontrar muchas pastelerías que los venden con sabores muy diferentes.

La calidad de la gastronomía francesa es tal que fue elegida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.