La gastronomía británica es una adaptación del clima y los recursos de las islas británicas, pero también cuenta con una gran influencia cultural de Europa, Latinoamérica y Asia, lo cual se percibe tanto en sus elaboraciones como en sus ingredientes. Desde la cocción del pan o la elaboración del queso hasta la preparación de carnes asadas y pescados, que incluyen el uso de especias de la India y los fritos y tempuras de la cocina asiática.

Lo más conocido por nosotros es el desayuno inglés, cargado de hidratos y proteínas para poder empezar el día con las pilas cargadas. En él nunca pueden faltar los huevos revueltos, salchicha, morcilla, champiñones, baked beans (judías), hash browns (tipo de patatas fritas) y medio tomate.

Los ingleses suelen tomar un almuerzo ligero para poder volver a su puesto de trabajo sin pesadez. El lunch inglés suele ser una de estas tres opciones: ensaladas muy bien condimentada con diferentes ingredientes como quesos, pollo o pasta; sándwiches, con rellenos a base de pollo, ternera, bacon, atún o cerdo; y patatas asadas, que se sirven con mantequilla y una ensalada como acompañamiento.

Después de la comida, a media tarde existe la conocida costumbre de la hora del té, con muchísimas variedades entre las que elegir y acompañado de pastas inglesas. Se trata de la bebida perfecta para sobrellevar el mal tiempo y las lluvias.

Por último, la cena es la comida más importante para los ingleses, por eso preparan un verdadero festín al llegar a casa. En muchas ocasiones, primero toman un aperitivo y luego pasan a la sala donde se sirve la cena. Entre los platos típicos, se encuentra el roast beef, fish and chips o bangers and mash, además de diversos estofados y tartas.