Para la base necesitaremos harina, azúcar, mantequilla y un huevo. Por otra parte, para el relleno tendrás que tener leche, semillas de amapola, sémola, azúcar, mantequilla, esencia de vainilla arándanos y hojas de menta.

En primer lugar, deberás juntar la harina, el azúcar, el huevo y la mantequilla en un recipiente y lo amasaremos con las manos. Cubre el molde con papel de horno y, tras esto, extiende un cuarto de la mezcla en él y déjalo enfriar.

Para el relleno, pon en un cazo la leche, el azúcar y la esencia de vainilla a calentar a fuego suave durante cinco minutos. Añade la sémola y cocina durante otros tres minutos, y tras esto, añade las semillas de amapola y mantén en el fuego durante otros 9 minutos hasta que se espese.

Por último, añade la mantequilla al relleno y vierte la mezcla en el molde. Una vez hayas extendido el relleno, cubre con el crumble restante y lo meterás en el horno a 180º durante 40 minutos.

Y ya tendrías este postre tan sencillo de hacer que está para chuparse los dedos.