"Yo soy un hombre libre y prefería morir en libertad políticamente y rehacer mi vida que quedarme atornillado al escaño", ha confesado Rivera sobre su dimisión.
A pesar de la dificultad de tomar una decisión así y de la tristeza que le acompañaba, "el discurso de dimisión fue liberador y tenía una sonrisa triste, pero me lo he pasado bien y servir a los españoles es lo mejor que he hecho en mi vida".
Su relación con la artista española Malú saltó rápidamente a la prensa del corazón y diversos medios empezaron a centrarse en la vida personal del político.
"Uno no elige de quién se enamora, aunque yo he elegido bien. Yo entiendo que tenga interés, pero no entiendo por qué no podemos ir tranquilos a la playa con nuestras familias o llevar a mi hija de un mes a una revisión sin tener paparazzi detrás", ha lamentado.
Cree que hay que cambiar la Ley y "la intimidad es un derecho de todos y la situación es muy incómoda". Albert Rivera pide que se respete a su familia y lo ha reivindicado "con toda tranquilidad pero con toda firmeza".