El reto circense de este robot consistía en hacer malabares con el brazo habilitado para ello y parecía que todo estaba en contra, pero Gálvez y Marron estaban convencidos de que el resultado sería óptimo.

El microcontrolador genera el movimiento adecuado del motor paso a paso que permite la alternancia de pelotas en el aire. De esta manera, podemos ver algo similar a lo que hace un malabarista con sus brazos.

Han tenido que introducir un ajuste, una carta para que actúe como cuña improvisada para conseguir mejorar los resultados obtenidos en el ensayo. Primero lo han intentado con una bola y posteriormente han introducido otra más en el movimiento.