Reconoce cierto pesimismo ante la situación con respecto a su deporte, porque "el tenis es muy global y necesita que el mundo esté abierto" para poder viajar a las diferentes competiciones.

Lo positivo para Feliciano es que por primera vez en 20 años puede estar en casa y descansar con su mujer, ya que está acostumbrado a un ritmo frenético de viajes.

"La convivencia ha sido una prueba de fuego y ha sido superada", ha comentado sobre los dos meses de confinamiento junto a su mujer y es que llevan poco tiempo casados.

Se levanta muy temprano, alrededor de las 7 de la mañana y aprovecha para escuchar la radio, jugar en un torneo virtual y haciendo 'Live' en Instagram. "Se me ha pasado rápido, la verdad", ha confesado.