Ha entrado bailando y es que su vitalidad es indiscutible, transmite buen rollo en cada uno de sus programas y la cocina con él siempre es más divertida.

Cuando empezó el confinamiento, decidió llamar a Pablo Motos para ver cómo lo estaba llevando y le dijo: "éramos felices y no lo sabíamos".

Arguiñano mira hacia adelante aunque "las noticias siguen siendo pesadillas y sea muy difícil manejar esta situación", porque "hay que darle la vuelta y saldremos seguro".

"He caminado 800 kilómetros durante la cuarentena en los alrededores de mi casa. Unos 12 kilómetros diarios", ha confesado.