El dramaturgo nos deja sorprendidos con su capacidad para representar en el mismo día tantas obras, aunque reconoce que en ocasiones le juegan una mala pasada: "es como una hora y media cada una y a veces me confundo. El otro día en un pueblo empecé haciendo 'El Lazarillo de Tormes' y acabé haciendo 'La Odisea'".
Agradece la conexión que tiene con el público y tiene la sensación de que no se fijan en exceso en los posibles fallos. "Hace tiempo me ocurrió que a los tres minutos de estar en escena, no había dicho ni tres frases y un señor me pidió que tocara otra vez la trompeta, porque les iba a dar la noche con tanto hablar", ha recordado con humor.
En el espectáculo improvisa mucho y puede estar hablando de Valle-Inclán y de repente habla de Shakira: "cuando salió la canción con Bizarrap se me vino a la mente en el teatro y lo solté, pero era porque era el tema del día".