En 1977 recibe la llamada del rey Juan Carlos y Bárbara cuenta que al principio se lo tomó como una broma pesada: "Yo le dije que se dejara de tonterías y él entendía que yo no me lo creyera, pero me dio un número y cuando vi que se trataba de Zarzuela me entró una cosa en el estómago y en ese momento me quise morir".

Los nervios eran protagonistas en esas primeras llamadas, confiesa que "le había dicho de todo" al pensar que no era cierto, pero finalmente llegó el encuentro y le pusieron un coche para ir a verle: "Ni respiré, no me asfixié de milagro y llegamos al palacio, que fue cuando le conocí y me dio una impresión tremenda al verle, sin saber qué hacer y cómo saludarle".

Bárbara Rey cuenta que le llamaba hasta dos y tres veces al día, la primera de ellas a una hora muy temprana, relata que "se comportó correctamente" y tras su insistencia, comenzó una historia que la vedette recuerda en el capítulo: "Estuvimos viéndonos en una casa que era la casa de campo de Franco".