"Entre otras cosas, en el contestador automático me ha dejado cantidad de grabaciones, de todo el itinerario que estaba haciendo con el barco y yo lo he borrado todo. Yo tenía puestas unas cosas de grabación que hice para mi marido y podía darle a grabar, así que con dos cosas que me parecieron interesantes lo grabé", explica la protagonista sobre los audios que tendría.

Además, asegura que era consciente de las presuntas escuchas de sus propias conversaciones: "En mi casa estaba el teléfono pinchado, solo tenía un número. En las esquinas de mi calle se ponía una furgoneta con una serie de antenas para captar todo lo que se hablara y yo me iba creyendo que podía con el mundo, pero me llevan grabando toda la vida".

Bárbara Rey cuenta cómo supo con certeza que estaba siendo escuchada al escuchar a unas personas decir que pararan de grabar cuando terminó una de sus conversaciones y se quedó con el celular en la mano. Les dijo que no le importaba que le grabaran, pero les advirtió que lo hicieran con más cuidado porque tendría que darles vergüenza haciéndolo así.