Uno de los mayores enigmas sobre el que se ha especulado en las últimas semanas ha quedado resuelto en el libro y es que Ana Obregón cuenta cómo fue la conversación que tuvieron Alessandro Lequio y ella con su hijo en el hospital antes de fallecer: "Si me pasa algo, acordaos de la muestra que hay en el laboratorio de Nueva York. Quiero tener hijos aunque no esté, es mi deseo".

En "El chico de las musarañas" también hay un relato en forma de carta de Aless dirigido a su futura hija: "Te escribo porque no te conozco, vivo anclado a la posibilidad de conocerte, pero ya no sé si lo haré en lo que me queda de vida. Tengo cáncer, pero lo peor de todo es que tengo miedo". Son palabras eternas que confirman el testamento vital del hijo de Ana.

El dolor y la pena de la actriz y presentadora eran tan inmensos que estuvo a punto de acabar con su vida, pero Alessandro Lequio y el proyecto de Ana Sandra le salvaron la vida: "Saltar hacia el abismo era mi única opción para seguir viviendo". Una voz, a lo lejos, le hizo cambiar de opinión y era la del padre de su hijo, que le pedía que abriera la puerta: "Tu padre nunca supo que en ese momento tu última voluntad me salvó la vida".

"Juro que en ese instante mi acto lo veía como una salvación, pero quiero dejar claro que el suicidio no es jamás una opción, ni en la peor de las tragedias que puedas vivir", declara firmemente tras ese duro episodio. La periodista Isabel González ha puesto el acento tras leer el libro al completo en cómo trata el libro el cáncer y "que no nos quedemos solo en todo lo que tiene que ver con la gestación subrogada".