La caída del servicio de las redes de Mark Zuckerberg no afectó psicológicamente de la misma forma a todas las personas y Susana Rodríguez llegó justo ese día a Madrid, algo que no pudo compartir con sus seguidores al no funcionar Instagram: "nadie se enteró de que llegué y mis padres no dejaban de preguntar".

Algunos pensaron que se acababa el mundo e incluso aquellos que piensan que se puede vivir sin esas redes sufrieron al no poder compartir su vida en la red y hablar con sus seres queridos con el servicio de mensajería instantánea. ¡Todo esto por no hacer una llamada de teléfono!

Otro de los problemas fue la saturación de mensajes cuando se recuperó el servicio y aparecieron de golpe cientos de notificaciones en nuestros teléfonos. Los grupos de WhatsApp, los mensajes directos de Instagram y las publicaciones en Facebook explotaron después de tantas horas.