El que fuera ingeniero de la NASA quería comprobar si la sangre humana provocaba con su olor el efecto que se cree en los escualos y el resultado ha sorprendido, porque hay algo más atractivo para ellos, al igual que uno de los bidones se quedó completamente solo.

La sangre con olor similar a la de los humanos atrajo a ocho tiburones, mientras que la de pez se llevó la palma con 134 acercamientos y fue el bidón con agua de mar el que no recibió ninguna visita al ser colocado en el mar sobre una tabla de surf.

Para confirmar lo que acababan de comprobar. decidió ir más allá y se introdujo en el agua con una jaula protectora soltando más sangre de pez, lo que le hizo estar en pocos segundos completamente rodeado por tiburones hambrientos. ¡Dale play!