Mortensen cree que el cagatió es una tradición precristiana y la explica de la siguiente manera: “Cogen un tronco, lo cortan y le pintan una cara sonriente con unos ojos muy grandes y le colocan una barretina. Entonces le ponen dos palos como si fueran dos patas, lo ponen sobre la mesa. Y en lugar de un calendario de Adviento, lo ponen sobre la mesa del comedor y le tapan el culo con una manta, normalmente roja”.