Manolita ha recibido un paquete y lo ha abierto junto a su prima en el despacho del supermercado y aunque Nieves ha sugerido que podía tratarse de un admirador secreto, cuando lo ha abierto ha podido comprobar que hay algo mucho más macabro detrás.

El contenido es un gorrión muerto y precisamente es así como Jeros llama a Ciriaco desde que lo conociera en la cárcel, así que es fácil intuir que es él quien está detrás de ese envío. ¿Será el expresidiario el remitente o está jugando Luján al despiste?

Cuando el hijo de Manolita lo ha visto, ha recordado la conversación que tuvo con el delincuente en la que le advertía que esperaba que no se arrepintiera de mantenerse al margen de las peticiones que le estaba haciendo. ¿Conseguirá Ciriaco salir de este círculo vicioso y pasar página?