Aunque la sangre que corre por sus venas no es la misma, Benigna es consciente de que son prácticamente como una familia y por eso tienen que seguir trabajando el aspecto de la sinceridad para no volver a distanciarse.

Tanto Justo como ella han intentado edulcorar las informaciones que le daban a la joven sobre sus padres para que no sufriera, pero a partir de ahora tienen que contarle toda la verdad y apoyarla para que siga disfrutando de su estancia en la Plaza de los Frutos.

Todavía no está claro si Virginia va a seguir allí o finalmente continuará con su objetivo de entregarse a la Iglesia y seguro que en esa decisión tiene mucho que ver el futuro de Fabián.