Rocío ha entrado en la farmacia y su jefe ha intentado calmar las aguas preguntándole por un tema banal como el clima, pero ella le ha dejado claro que no le apetecía perder el tiempo en ese asunto. Su intención era buena y lo ha hecho por hablar de un tema que no derivara en una discusión, como ya es costumbre.

"Rocío, no podemos seguir con esta tensión", ha tendido la mano Hugo, pero ella ha continuado poniendo distancia y le ha dicho que "tiene fácil solución y basta con respetar los turnos de trabajo", de cara a no coincidir. Él no está de acuerdo con irse cuando ella llegue y hacer lo mismo a la inversa.

"Yo soy el jefe y decido cuando me voy y cuando me quedo, aunque no me respetes lo más mínimo y también es mi responsabilidad que esta situación no se deteriore todavía más. También te puedes evitar las pullitas, porque no hace falta y haré los cambios que sean necesarios", le ha dicho visiblemente enfadado.