Uriarte no deja de provocar a todos con su desfachatez y sin falta de tacto en sus decisiones y órdenes a los empleados de Garlo, así que tampoco ha dudado en amenazar a Manolita con despedirla tras observar cómo atendía a dos clientes. Al no estar ni Coral ni Paloma, no ha sido capaz de responder a las dudas de los potenciales compradores y ha perdido esas ventas.

Aunque ha intentado explicar por qué faltaban las dos dependientas, el jefe no tiene piedad y se ha descargado a gusto con ella sin atender a ninguna de sus explicaciones. El punto álgido ha llegado cuando Emilio ha entrado en la tienda y ha pedido disculpas por llegar media hora tarde a causa de una avería en el tren, a lo que Manolita le ha dicho que "no pasa nada".

El padre de Raúl no está dispuesto a entender a sus empleados si cometen una falta de impuntualidad, aunque esté justificada, así que ha llevado a Manolita a obligar a Emilio a quedarse media hora más trabajando cuando termine su turno. "No le soporto, no puedo con él, es un pretencioso y me trata muy mal. Me la tiene jurada y la tiene tomada conmigo".