Penélope le ha pedido a Ismael que se quede antes de que le diera tiempo a despedirse porque para ella es "mucho más que un exconvicto" y le ha asegurado que Santiago, su marido, no tiene por qué enterarse de que sigue en su casa porque al ser viajante no para mucho en Madrid. La situación es muy difícil para ambos, pero lo que está claro es que están muy cómodos juntos. ¿Se están enamorando? ¿Estamos ante la gran historia de amor?

Cuando pasaron la noche al raso en el bosque la noche del accidente, él hizo un retrato casi exacto de la personalidad de la profesora y ahí se dio cuenta de que su marido no le daba sobresaltos, que le daba seguridad pero no le despierta la pasión que necesita una verdadera historia sentimental que se precie. ¿Serán capaces de descubrir más el uno sobre el otro sin mentiras? ¿Están preparados para tal ejercicio de honestidad los dos?

"Todos queremos ser lo que no somos y lo difícil es reconocerlo", le ha dicho Ismael antes de aceptar un desayuno para hablar más detenidamente y tomar una decisión sobre su futuro. Los dos han admitido que han mentido o que han ocultado parte de la verdad, pero ahora tienen que sincerarse completamente si quieren seguir conviviendo y no hacerse daño, aunque ella le ha asegurado que no se queja de su matrimonio con Santiago.