La cirujana sueca Karin Erkers explica que han mantenido un cumplimiento de las mismas reglas desde marzo, con distanciamiento social, higiene de manos y permanecer en sus casas cuando se han encontrado mal.

Allí también han seguido las recomendaciones de no realizar viajes, movimientos o visitas innecesarias, lo que también reduce los contactos de las personas y, por tanto, la probabilidad de contagiarse.

Suecia es uno de los países europeos con menos restricciones, continúa sin imponer el uso obligatorio de la mascarilla salvo en determinadas situaciones y no tuvo confinamientos generalizados.