Pepa está ingresada en un hospital a unos 85 kilómetros de la capital, Nueva Delhi, en unas condiciones absolutamente precarias: "estoy en una habitación, parece que es un sótano, que hay hasta diez camas. Normalmente hay muchos gritos, lamentos y desgraciadamente ha habido muchas muertes".

Para ella cada día es "como levantarse en una trinchera sin saber quién sobrevivirá hoy" y cuando llegó al hospital esperó mientras "terminaban de amortajar a un hombre", asegura que el personal es muy escaso y cuenta cómo comprueban la capacidad de oxígeno en los centros.

Su testimonio es desgarrador, la situación en India es muy preocupante y los científicos temen que el país supere el millón de muertos por coronavirus en agosto. El país era y es, además, uno de los mayores fabricantes de vacunas.