El presidente de Indonesia ha visitado por segunda vez la zona de la catástrofe y ha supervisado el reparto de alimentos entre los supervivientes. Estos últimos, continúan durmiendo a la intemperie a causa del miedo a otra réplica del terremoto y a la falta de estructuras estables donde refugiarse.

Debido a la gran cantidad de muertos, las autoridades se han visto obligadas a crear una fosa común ya que el peligro de propagación de epidemias puede convertirse en el siguiente problema que sufra Indonesia.

El país sigue pidiendo ayuda internacional para intentar paliar las consecuencias, Indonesia tardará en recuperarse de este fatídico golpe.