El Gobierno del país envió, incluso, un caza de combate de las Fuerzas Aéreas para escoltar al avión civil de la compañía Ryanair que fue obligado a aterrizar. Al tocar tierra quedó claro que no había ninguna bomba.

El único objetivo era detener a Roman Protasevich, periodista opositor al régimen de Aleksandr Lukashenko, El alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, manifestaba la importancia de que la aeronave continuara con su trayecto por todos los pasajeros que iban en ella.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, califica de "inaceptable" y advierte que la "violación de las reglas del transporte aéreo internacional tiene consecuencias". La UE ha reaccionado de forma inmediata en contra de esta maniobra hostil y el tema es tan grave que se ha colado en la agenda de la cumbre europea.