Aunque se han mostrado más respeto que en el anterior debate y en los cruces de declaraciones del resto de la campaña, los ataques han estado presentes en el último debate y mientras Trump ha acusado a Biden de casos de corrupción que nadie ha probado, el demócrata le ha responsabilizado de los fallecimientos por coronavirus.

El republicano ha vuelto a ser más intenso, aunque no tanto como en la anterior cita y Biden ha mantenido la discreción para no arriesgar demasiado la ventaja que tiene en los sondeos en la recta final de la campaña.

La pandemia fue el primer tema y Trump volvió a prometer soluciones: "tendremos en breve una vacuna. Está lista y en unas semanas se anunciará. Hemos preparado una operación en la que serán los militares los que la distribuirán".

El candidato demócrata a la Casa Blanca le ha responsabilizado de las miles de víctimas por la Covid-19: "222.000 estadounidenses muertos. El que es responsable de tantas muertes no debería permanecer como presidente de EEUU".

La inmigración y las mutuas acusaciones de corrupción dominaron parte del debate y al llegar al tema de los conflictos raciales, el presidente sorprendía con sus declaraciones: "nadie ha hecho más por la comunidad negra que Donald Trump, quizás con la excepción de Abraham Lincoln".